Hoy vamos a abordar un concepto esencial en el mundo financiero y empresarial, y que forma la base de las finanzas operativas: el activo circulante.
Aunque pueda parecer un término complejo, en realidad es bastante sencillo de entender cuando se desglosa. Nos adheriremos al Plan General de Contabilidad (PGC) para proporcionar definiciones y ejemplos precisos.
¿Qué es el Activo Circulante?
El activo circulante, también conocido como activo corriente, es una categoría de activos que una empresa espera convertir en efectivo en el plazo de un año o dentro del ciclo operativo normal de la empresa, el que sea más largo. Los activos circulantes son vitales para la salud financiera de una empresa, ya que se utilizan para financiar las operaciones diarias y cubrir los gastos a corto plazo.
En el balance general de una empresa, los activos circulantes se presentan antes que los activos no corrientes (o activos fijos), que son los activos que se espera que brinden beneficios económicos por más de un año.
Según el PGC, los activos circulantes se clasifican en varias categorías
- Efectivo y equivalentes de efectivo: Esto incluye dinero en caja, depósitos bancarios a la vista y otros instrumentos de inversión a corto plazo con alta liquidez y vencimientos originales de tres meses o menos.
- Deudores comerciales y otras cuentas a cobrar: Son cantidades adeudadas a la empresa por sus clientes y otros deudores.
- Inventarios: Esto incluye materias primas, productos en proceso y productos terminados que la empresa tiene la intención de vender.
- Inversiones a corto plazo: Son inversiones que la empresa planea vender o que vencerán en un año.
- Gastos pagados por anticipado: Son los gastos que la empresa ha pagado por servicios o beneficios que recibirá en el futuro.
¿Cuándo se usa el Activo Circulante en la contabilidad?
El activo circulante se utiliza en varios cálculos financieros que proporcionan una visión del rendimiento y la estabilidad de una empresa. Uno de los más comunes es la relación de liquidez corriente, que compara los activos circulantes con los pasivos circulantes de una empresa. Una proporción mayor a 1 indica que la empresa tiene suficientes activos circulantes para cubrir sus obligaciones a corto plazo.
Ejemplo de Activo Circulante
Supongamos que una empresa «XYZ» tiene los siguientes activos circulantes (en euros):
- Efectivo y Equivalentes de Efectivo: 20.000€
- Deudores Comerciales y Otras Cuentas a Cobrar: 30.000€
- Inventarios: 50.000€
- Inversiones a Corto Plazo: 10.000€
- Gastos Pagados por Anticipado: 5.000€
El activo circulante total de «XYZ» sería la suma de todos estos elementos, que asciende a 115.000€.
Estos datos ayudan a los inversores, acreedores y al equipo de gestión a entender cómo de bien está posicionada una empresa para cumplir sus obligaciones financieras a corto plazo.