El factoring surge como una solución práctica y eficaz, permitiendo a empresas convertir facturas pendientes de pago en dinero antes de la fecha de vencimiento, es decir, obtener liquidez inmediata para cubrir pagos, aprovechar oportunidades o mantener la operativa del día a día.
También este anticipo financiero ofrece un servicio integral que libera a la empresa de gestionar cobros, permitiendo que delegue en una entidad especializada la administración de su cartera de clientes, reduciendo el riesgo de impago y ganando en eficiencia.
El mecanismo es simple: la empresa cede sus derechos de cobro a una entidad financiera, y recibe de forma inmediata un porcentaje del importe de las facturas, incluso la entidad puede asumir total o parcialmente el riesgo de impago.
¿Qué es el factoring?
El factoring es un contrato por el cual una empresa cede a un tercero sus derechos de cobro sobre facturas emitidas, a cambio, recibe de forma anticipada un porcentaje del importe, generalmente entre el 70 % y el 90 %, según el riesgo y la modalidad pactada.
Este servicio no solo adelanta liquidez, sino que también incluye la gestión completa de la cartera de cobros, y en algunos casos, la asunción del riesgo de insolvencia.
Por tanto, cumple tres funciones clave: financiación, administración y cobertura.
En la operación intervienen tres figuras que debemos conocer:
- El deudor: El cliente final que debe pagar la factura, y que en ocasiones es notificado de la cesión.
- El cedente o cliente: La empresa que ha emitido la factura y desea anticipar su cobro.
- El factor: Entidad financiera o banco que adelanta el importe y gestiona el cobro.
Tipos de factoring
Existen diferentes modalidades de factoring, que se adaptan a las necesidades financieras y comerciales de cada empresa.
La elección adecuada depende de factores como el riesgo asumido, el país de residencia del deudor o el nivel de confidencialidad deseado.
A continuación, te presentamos los principales tipos:
Tipo de factoring | Características principales |
---|---|
Factoring sin recurso | El factor asume el riesgo de impago. Si el cliente no paga, la empresa no tiene que devolver el anticipo. |
Factoring con recurso | La empresa responde si el deudor no paga. El factor puede exigirle el reintegro del importe adelantado. |
Factoring nacional | El deudor reside en el mismo país que la empresa. Es el tipo más habitual en operaciones internas. |
Factoring internacional | Aplica cuando el deudor está en el extranjero y recibimos una factura intracomunitaria. Se divide en factoring de exportación e importación. |
Con o sin notificación | Si hay notificación, el cliente sabe que debe pagar al factor. Si no la hay, el cobro se gestiona de forma discreta. |
Reverse factoring | También llamado confirming. Es el comprador quien propone al factor pagar a sus proveedores en su nombre. |
También existen variantes más específicas, como el factoring sindicado (con varios factores), el factoring puntual (para operaciones aisladas) o el factoring automatizado, integrado en plataformas digitales.
Cada tipo tiene sus ventajas y limitaciones, y elegir el más adecuado depende del perfil de la empresa, la cartera de clientes y el nivel de riesgo que se quiera asumir.
¿Cómo funciona el factoring?
Aunque puede parecer complejo a primera vista, el proceso de factoring es bastante claro cuando se entiende paso a paso. Su funcionamiento combina aspectos financieros, administrativos y contractuales, y suele estructurarse en diferentes fases.
Evaluación y aprobación
Antes de iniciar la operación, el factor analiza la solvencia de la empresa y de sus principales clientes. Este paso es clave, sobre todo en el factoring sin recurso, donde el factor asume el riesgo de impago.
La empresa debe proporcionar información financiera actualizada y un listado de sus deudores habituales.
Firma del contrato y condiciones
Una vez aprobado, se firma un contrato que recoge los límites de financiación, comisiones, plazos, condiciones de cesión y gestión de cobros.
En caso de factoring con notificación, se comunica formalmente al cliente final que deberá pagar al factor.
Cesión de facturas y anticipo
La empresa envía al factor las facturas aceptadas y el factor adelanta de inmediato entre un 70 % y un 90 % del importe total, reteniendo el resto como garantía.
Gestión del cobro
El factor asume la tarea de controlar los vencimientos, realizar recordatorios y gestionar el recobro.
Si es sin recurso, también soporta la morosidad, y si es con recurso, podrá reclamar a la empresa en caso de impago.
Liquidación final
Cuando el cliente paga, el factor entrega a la empresa el resto del dinero pendiente, descontando comisiones o posibles gastos adicionales.
En este punto se cierra la operación de factoring y se prepara para una nueva remesa si se desea continuar.
Ejemplo práctico
Veamos cómo se aplica el factoring en un caso realista, para entender mejor su funcionamiento y beneficios:
1.- Escenario de una pyme
Una empresa española, llamada Cedente S.L., ha emitido facturas por valor de 100.000 €, con vencimiento a 60 días, y para no esperar ese plazo y obtener liquidez inmediata, decide contratar un servicio de factoring sin recurso.
2.- Condiciones pactadas
El factor le adelanta el 85 % del importe total, aplicando una comisión del 2 %, por lo que Cedente S.L. recibe 85.000 € de inmediato, y transfiere al factor la gestión de cobro y el riesgo de impago del cliente.
3.- Resultado final
Cuando el cliente paga la totalidad de la factura, el factor retiene la comisión (2.000 €) y entrega a Cedente S.L. los 13.000 € restantes.
La empresa mejora así su flujo de caja, externaliza los cobros y se protege frente a posibles impagos, sin recurrir a financiación bancaria tradicional.
Ventajas e inconvenientes del factoring para empresas
El factoring no solo permite obtener liquidez inmediata, también implica cambios en la gestión financiera y comercial, veamos cuales son sus principales ventajas y limitaciones.
Ventajas del factoring | Inconvenientes del factoring |
---|---|
Liquidez inmediata sin necesidad de endeudamiento bancario | Coste financiero superior a préstamos tradicionales |
Externalización de la gestión de cobros y reclamaciones | Dependencia de la solvencia crediticia de los deudores |
Reducción del riesgo de impago (en modalidad sin recurso) | Posible impacto en la relación con clientes si se notifica |
Mejora de los ratios financieros y del balance | Condiciones contractuales poco flexibles en algunos casos |
Servicios añadidos: análisis de riesgo, seguros, informes | Exigencias documentales y administrativas en cada operación |
Dudas sobre factoring
¿Puedo ceder solo algunas facturas?
Sí, el contrato de factoring puede ser flexible. Muchas entidades permiten ceder solo facturas de determinados clientes o de ciertas operaciones, lo que da margen para adaptarlo a las necesidades financieras de cada momento.
¿Qué documentación necesito?
Generalmente se solicita una copia de las facturas originales, el contrato o pedido que las respalda, y en ocasiones una notificación de cesión al deudor.
Todo debe estar claramente documentado para asegurar la trazabilidad y legalidad de la operación, ten en cuenta que en caso de no aceptar algún tipo de mercancía, precio, u otra condición pactada, se pueden iniciar acciones legales por incumplimiento.
¿Cómo afecta a la contabilidad?
Depende de la modalidad:
- En factoring sin recurso, las facturas se eliminan del activo porque se transfieren definitivamente.
- En factoring con recurso, permanecen en el activo (como cuentas a cobrar) y el anticipo se registra como una deuda a corto plazo en el pasivo.
¿Qué coste tiene?
El coste total varía según entidad y riesgo, pero suele incluir:
- Comisión de estudio del cliente y sus deudores.
- Comisión de línea (porcentaje sobre el volumen de facturación cedido).
- Intereses sobre el importe anticipado hasta el vencimiento.
Las condiciones pueden negociarse, pero suelen ser más elevadas que las de un crédito bancario convencional, debido a los servicios adicionales que ofrece el factoring.
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