Cuenta Contable 214 Utillaje – Descripción y uso

La cuenta contable 214 Utillaje es una cuenta del activo no corriente del Plan General de Contabilidad (PGC) de España, en donde se registra el valor de los utensilios, herramientas y pequeños equipos necesarios para la producción o prestación de servicios, que no forman parte de la maquinaria principal, pero que son indispensables para el desarrollo de la actividad económica de la empresa.

Cuenta Contable 214 Utillaje. Descripción, características, cómo se usa, para qué sirve, preguntas sobre la cuenta, ejemplos

Tiene la norma que los elementos incluidos en esta cuenta contable tienen una vida útil superior a un año y no se consumen en el primer uso, que se contabilizaría como un gasto de explotación.

El principal objetivo de la cuenta 214 es reflejar el valor de adquisición del utillaje en el balance de la empresa, que incluye tanto el precio de compra como los costes añadidos necesarios para poner el utillaje en condiciones de funcionamiento, tales como gastos de transporte, instalación y pruebas.

Características de la cuenta 214 Utillaje

La cuenta 214 se caracteriza por ser una cuenta de naturaleza deudora, ya que forma parte del activo no corriente de la empresa.

Al ser parte del activo no corriente, estos elementos se deprecian a lo largo de su vida útil mediante cargos a la cuenta de amortización acumulada correspondiente.

Es habitual su utilización en sectores industriales y de servicios donde el uso de herramientas y utensilios es esencial para las operaciones diarias.

Los movimientos más usuales en esta cuenta incluyen la adquisición de nuevo utillaje, la baja por venta o deterioro, y la amortización anual de estos bienes.

La cuenta se utiliza en casos reales como la compra de herramientas para un taller de reparación de automóviles, equipos de cocina para un restaurante, o utensilios para una fábrica de manufactura.

Definición de la cuenta 214 Utillaje en el Plan General Contable

El Plan General Contable detalla la cuenta 214 dentro del grupo 21 Inmovilizaciones materiales, que ofrece una descripción y uso general para todas las cuentas del grupo, que es la siguiente:

Elementos del activo tangibles representados por bienes, muebles o inmuebles, excepto los que deban ser clasificados en otros subgrupos, en particular en el subgrupo 22.

Las cuentas de este subgrupo figurarán en el activo no corriente del balance.

Su movimiento es el siguiente:

a) Se cargarán por el precio de adquisición o coste de producción o por su cambio de uso, con abono, generalmente, a cuentas de los subgrupos 22 ó 57, a la cuenta 731 o, en su caso, a cuentas del subgrupo 23.

b) Se abonarán por las enajenaciones, por su cambio de uso y en general por su baja del activo, con cargo, generalmente, a cuentas de los subgrupos 22 ó 57 y en caso de pérdidas a la cuenta 671.

Y posteriormente aclara dentro de esta cuenta:

Conjunto de utensilios o herramientas que se pueden utilizar autónomamente o conjuntamente con la maquinaria, incluidos los moldes y plantillas.

La regularización anual (por recuento físico) a la que se refieren las normas de registro y valoración exigirá el abono de esta cuenta, con cargo a la cuenta 659.

Ejemplo de uso

Supongamos que una empresa de fabricación de muebles adquiere un lote de herramientas y utensilios para su taller, por un importe de 10.000 euros más un IVA del 21%.

La empresa debe registrar la compra de este utillaje en su contabilidad.

Cuenta contable 214 UtillajeDebeHaber
214 Utillaje10.000
472 Hacienda Pública, IVA soportado2.100
400 Proveedores12.100

En este asiento contable, se refleja el coste de adquisición del utillaje en la cuenta 214, se registra el IVA soportado en la cuenta 472, y se reconoce la obligación de pago a proveedores en la cuenta 400.

Este registro permite a la empresa tener un control preciso del valor de sus herramientas y utensilios, y también la depreciación anual estimada del utillaje, algo indispensable para la empresa en términos de activos de la misma.

El valor del utillaje será amortizado anualmente según la vida útil estimada de los bienes, con el fin de reflejar la depreciación del valor de estos activos a lo largo del tiempo en los informes financieros de la sociedad.

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